martes, 17 de febrero de 2009

Inevitable - Inalcanzable

Siempre nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor después, después de terminar la carrera, después de irnos a vivir lejos, de volver a estudiar, de conseguir trabajo, incluso después de casarnos, después de tener un hijo, y entonces después de tener otro..
Eso era lo que mi madre se obsesionó en decirme cuando tenía quince años. Y en parte tiene su lógica. Pensamos que la felicidad llegará a nosotros después de conseguir cualquier sueño de los que nos habíamos propuesto. Pero luego es inevitable (inevitable significa que no se puede parar) sentirse frustrado, porqué durante el camino que seguimos no dejamos de caer, algunas veces nos ponen piedras para que tropecemos, otras somos nosotros mismos los que perdemos el equilibrio. Sea como sea, no dejamos de pensar en el futuro olvidando así, el presente. Pensamos en cómo debería ser nuestra vida, en lo mucho que queremos lograr, en todo lo que ansiamos y perseguimos. Y una vez más nos perdemos. Porqué los atajos nunca fueron buenos. Es cierto que olvidamos los segundos, los minutos, las horas y hasta los días, elevando la mente a infinitos que vuelan lejos. Y olvidando que no hay mejor momento para ser feliz que el de ahora mismo. Porqué sino es ahora ¿cuando?.(Eso también lo decía mami). La vida siempre está llena de ‘luegos’, de ‘después’, y de diferentes retos, de piedras en las que tropezar, de rodillas que pelar y corazones que sangrar. Porqué sino nada tendría sentido. Porqué quien no ha tenido el alma apretada de esa tristeza intensa, no ha vivido con la misma intensidad. Y es que es bueno que a veces el amor se nos venga todo de golpe.
Es cierto que a veces una duda se evapora y el camino se llena de niebla, pero siempre hay quien te tiende la mano, o al menos quien camina delante dejándo huellas que seguir (o migas de pan). En esos momentos comprendes que haces lo correcto, lo mejor o lo único que podías haber hecho. Y por un instante dejas de preocuparte. (Y vuelves a ser tan polar como siempre).
Y que la duda se evapore, no quita que descubras que hubieras dado cualquier cosa por haberte equivocado. (Aún que vivas en una isla con vistas al infinito y al azul eterno de las canciones)Sé que a veces acertar resulta infinitamente triste. Algo que se disfraza de ego inútil.
Pero es así. Nuestro (tú) camino. Y si no somos felices ahora, no podremos tener esperanza e ilusión en las cosas pequeñas (y no podrás ser una chica amelie). Alguien decía que no hay camino a la felicidad sino que la felicidad es el camino. Lo temí durante un tiempo. Y pese a todo lo contradictorio y surreal que me sucede. Busco esa esfera infinita.. porqué sigo teniendo fe en él, en mi estrella de la muerte y en el sueño más grande. (Y en todo lo efímero)


Como esa tableta de chocolate en lo alto del armario. Inalcanzable.



(Me sigue encantando levantarme temprano e ir de la Guixa a Vic viendo como la niebla que nunca existió en los corazones, se mezcla fuerte y va dejando paso al frio de la ciudad. Son ese tipo de cosas que (a las personas de manos pequeñas) suelen gustarnos. Mis favoritas. Y quedarme en la cama con todo el amor en las manos también. )

2 comentarios:

Favio dijo...

como ya dije antes:

-Mamá, ¿qué es la felicidad?
-Es el horizonte luminoso que ilumina nuestras vidas.
...
-Mamá, ¿qué es el horizonte?
-Es una linea imaginaria que se aleja cada vez que te acercas.

sin embargo, vale la pena intentarlo :)

Anton dijo...

"Alguien decía que no hay camino a la felicidad sino que la felicidad es el camino"

Hoy he visto esta frase en algun sitio, pero no me acuerdo donde. Yo opino que el camino no es solo felicidad, el camino lo es todo, errores, caidas, aciertos, fracasos, momentos de equilibrio y des-equilibrio.

Muuuuuuaaaa
Lindiña!