martes, 16 de febrero de 2010

Te odio. Te odio por estar en ese concierto y verte sin que me vieras. Te odio por verte en las paredes grises, te odio por verte en las miradas ajenas, te odio por verte en las colonias baratas del metro de las nueve de la mañana, te odio por verte en los escaparates, te odio por verte en los libros, te odio por verte en la música, te odio por verte en los carteles desgastados de las películas de los años treinta, te odio por verte en cada film, te odio por verte en [i]Deseando amar[/i]. Te odio por lo que no eres. Te odio por como no eras y eres. Te odio por irte. Te odio por quedarte dentro de mi. Te odio por ser y por no ser. Te odio por quererte, aún. Te odio porque apareces en sueños sin questionarlo siquiera. Te odio por No preguntar. Te odio por no dejarme hablar. Te odio por no expresarte. Te odio por ser cobarde. Te odio porque por primera vez en mi vida, el dolor del pecho me ha hecho despertar esta mañana. Te odio por cómo me miras. Joder, ¿POR QUÉ COJONES ME MIRAS ASÍ, DIME? Si tanto interés tienes en que te olvide, sin tan poca cosa, nula, soy para tí. ¿Por qué me miras así?




Me vuelvo a Nunca Jamás,
búsquenme en el sol más alto de Monteferro,
en el atardecer más violeta que me regale la playa del equilibrio,
en una mañana de viento o en un balcón con vistas a mil sueños.


Hasta marzo.

lunes, 15 de febrero de 2010

Nostalgia de meriendas y besos.




Tengo ganas de un paseo por la noche de Porriño,
con las calles vacias y el frío en la pulta de los dedos.

domingo, 14 de febrero de 2010

Y le dije;
Querida, el rojo te sienta faltal.

jueves, 11 de febrero de 2010

Como se dice en el futbol,
'juego en casa'.







(Somos lo que nos falta)

viernes, 5 de febrero de 2010

Hace un día perfecto
para llover.

jueves, 4 de febrero de 2010



Vivían en Norteña, una ciudad costera donde la mar era gris y la lluvia eterna. Ella pasaba frío apenas la noche llegaba. Con una manta a cuadros él la arropaba. Prometieron quererse mientras el frío existiera.
Él la llamaba Ana La Friolera.


Tuvieron una riña y él la dejó marchar, supo que no volvería, no vuelve la ola al mar. Ella pudo llevarse todo lo que tenía pero dejó olvidado el frío que sentía, ahora, bajo la manta a cuadros, él trata de coger el sueño. Desde que ella se marchó allí siempre es invierno y la buscó sin descanso desde San Pedro a Las Mestas. Teme morir congelado una noche de éstas.
La gente me llama insensato, yo aún doy mi vida entera por sólo una noche con la chica friolera.


Ana La Friolera, Ana La Friolera, Ana La Friolera, Ana La Friolera...

martes, 2 de febrero de 2010

"El frío ahí afuera, el frío que asciende cuando desciende el calor del amor, el frío que corre por los pasillos del cuerpo que unen o desunen al corazón con el cerebro (o viceversa), el frío que hace danzar al mercurio rojo sangre la danza del termómetro, el frío que se siente en los huesos cuando comienzan a cerrarse las puertas de la juventud, el frío que no se puede aislar con abrigos o calefactores, el frío que es todavía más frío cuando pensamos en qué frío que hace, el frío del pasado que es también el frío del futuro y los fríos que no podemos dejar de pensar y sentir junto a este frío del presente."