martes, 8 de septiembre de 2009

Membrillo


Desde hace unos días me he dado cuenta de que todo lo que me rodea se ve y se siente de otra forma a mi alrededor. De repente recupero septiembre, como por forma de magia y casi sin darme cuenta. Volvemos a plantarnos en el mes de los cambios, de la convivencia, de la hospitalidad, de la armonía y de la confraternización.
Es un mes donde con poco, exalto mi especial idiosincrasia en torno a un humilde helado de chocolate o el potaje de garbanzos de Encarni.


Vuelvo al frío, a mi ciudad del frío, aunque no sé si con más o menos ilusión que el septiembre anterior. Ahora ya no somos dos sino cuatro, dejamos la masía del campo para instalarnos en un piso céntrico.
Esta semana estamos sólo Carla y yo; se nos han roto las tuberías del agua de la cocina, lo que ha desencadenado un estado de catástrofes que acaban causando cierta gracia, y que en realidad espero que cesen.
Hace una semana que empecé a trabajar de nuevo, en el despacho con mis médicos. Son amantes del buen orujo, sí.
Ahora me cuidan cuando estoy enferma. Detesto los constipados cuando hace aún calor. Hasta me hice las pruebas de la famosa gripe, por si acaso, pero no poseo el virus, arggg y no me curo.

Así pues, empiezo septiembre enferma, trabajando, y organizando un piso nuevo.
Pese a eso este es un mes de compartir y de recordar. Se obvian estériles rencillas y se regalan sonrisas y afectos sinceros.

Yo un 22 de septiembre perdí lo mejor de mi, desde entonces ya no soy quien era, tampoco quiero, creo. Pero los caminos y las calles me sirvieron de espejo para encontrar parte de lo perdido, para ser quien soy y quien quiero seguir siendo, la que suma, la que se aleja de los cinismos y la que vive tranquila de conciencia pero con más de un quebradero de cabeza.


Septiembre y su color de membrillo.

5 comentarios:

Jorge Mijarra dijo...

A mi septiembre siempre me ha parecido un mes triste, en el que empiezas el año laboral y dejas atrás la diversión del verano. Es algo que siempre he sentido desde que era pequeño.

Muchas gracias por pasarte por mi blog, que últimamente va recibiendo más visitas.

Me llamo Jorge, te he escrito en este blog porque he visto que tienes dos pero bueno he decidido en este jeje. Espero que te pases siempre que quieras :).

Pasa buena tarde! Y cuidate!

galmar dijo...

pero qué fotografía tan linda!!! y tu visión de septiembre espero compartirla :) me has recordado unos incidentes domésticos veraniegos en la casa donde estuve los meses de julio y agosto, todo un señor trombón parecía sonar al tirar de la cadena del baño, jejejeje, tenía su gracia! aunque no a todos nos la hacía, a veces, es sólo cuestión de cómo miramos :) que tengas una semana color membrillo, plácida y feliz :)
PD: gracias por tu comentario!

saudade dijo...

Ay septiembre...

Favio dijo...

pum pum pum
setiembre me suena a cometas volando, me sabe a pasteles de chocolate con chantilly y huele a almizcle con sudor...




es mi mes favorito :)

BUENAS NOTICIAS dijo...

A mí me encanta septiembre. Bueno, la menos me encanta este septiembre. Porque viene cargado de ilusiones, sueños y buenas vibraciones. Esta vez sí.

Qué te mejores, Iona!!!