jueves, 10 de febrero de 2011

Es difícil combatirte. Joder si es difícil. Un día te prometería amor eterno y al siguiente te escupiría los insultos más feroces del mundo, y luego te comería a besos.
No se ni cómo describir todo esto. ¿Cómo podría? El mismo lugar, las mismas palabras, las mismas miradas perdidas, las mismas notas en el cristal. Me gustaría tener miedo de tanta coincidencia, pero me es imposible. Renacieron las casualidades buenas. Totalmente. Lo siento pero de miedo.. nada. Al menos, si tuviera miedo podría aferrarme a eso e intentar alejarme. Pero es que ni eso. Joder, que no quiero. No quiero. ¿Cómo puedo querer? Sonrío. ¿Cuántas llevo ya? Es un no parar. Doce sonrisas y una confesión. Te adoro, y me encanta besarte en la frente, y la risa que se escapa por tus dientes y tu frente arrugada al no entender. Veinte canciones y media vida. Me conoces. Lo sé, lo sabes. Y esto no acaba aquí, lo sabes tan bien como yo; Eres todo un Microcaos aquí dentro que está reventando todos los esquemas. ¿Para qué hablar contigo si ya lo sabes todo? Si entiendes todos y cada uno de mis silencios. Empieza tú la frase que yo la termino y además, descubro cómo empezarás la siguiente.

Te regalo esto para que pienses en mí. No, no hace falta. Es evidente que no. Dame plantón, hazlo más fácil: di tú que no. Como si quisiera. Como si pudiera. Por no poder no pasa ni la idea por mi mente. Es inconcebible. ¿Cómo evitar perderse junto a ti por las calles de esta ciudad? Callejear. Me gusta esta expresión.
Los límites están marcados y definidos desde la primera frase, pero ¿cómo detener esto? ¿Por qué detener estas conversaciones infinitas? ¿Para qué obligar al silencio a invadirnos la vida? Ni quiero, ni puedo, ni debo. Coje este tren conmigo, Vigo se me hace grande y no quiero perderme ahora.

Me has prometido que si algún día es así, vendrás a buscarme.
Mañana no sé, pero hoy, tengo todo el tiempo del mundo.

2 comentarios:

ártico dijo...

es difícil.



no combatir.

.A dijo...

yo siempre la esperare..