mélancolie...

Una espiral hechizante donde sumergirme..

Me desperté con tu mano haciendo nuditos en mi pelo y tus palabras enredándose en mis labios. No quise levantarme por miedo a dejar de imaginar. Encontré, risas que me hacían cosquillas. Y una postit de buenos días en la nevera.

Si recuerdo los mimos, aún me rozan la piel, y parece que si alargo la mano puedo tocarte. Se me eriza la piel. Sonrío a la buena suerte por haber encontrado al más perfecto pirata!

Y al fin, desperté!

Pese a eso, pretendo desligarme de mi yo anterior, o de una etapa pasada que intento caducar a marchas forzadas. Quiero dejar atrás una parte del peso que carga mi espalda, olvidarme de los miedos que ataron a mi alma. Caminar en otra dirección, correr. Recuperar los días azules, la calma del norte, el equilibrio.

Creo que es hora de encontrarme conmigo misma, no reniego de lo que fui, guardo los recuerdos en una caja de galletas junto a mis botones, pero tengo que variar el camino y los pasos.

Me busco a ciegas en la oscuridad, tropiezo, me levanto y vuelvo a tropezar, día sí y día también. Tengo que mirarme a los ojos. Dejar esa sensación de ahogo que me oprime, las dudas, los pensamientos lejanos, las angustia y los quebraderos de cabeza. No sé si sabré nadar lo suficiente. El agua se cuela por todo mi cuerpo, se mece en mis pensamientos, en mi corazón, y vuelve en lluvia lagrimosa para mi (ti). Sólo escucho los suspiros del viento que parecen hacerme desaparecer.

Si hoy dejara correr las palabras bajo mis dedos sólo surgirían polaridades, sentimientos a flor de piel, contradictorios todos ellos, que se pelean y aranyan por tener más papel en mi vida.

Hay una parte de mí que se escapa por allí, la parte que creo que no me merezco.

Tiemblo… y no sé si es de frío o de miedo.