Como los sueños con el ala rota,
te quedas con el alma en tierra
viendo como los demás se elevan.
Les observas esperando que den
vuelta,
que se den cuenta de que faltas,
de que les observas las espaldas.
Y no se giran,
no les estremece tu protección,
ni les importa tu destierro.
Saltas pretendiendo alcanzar sus
mentes,
sus oníricos pensamientos.
Gritas reclamando escaleras al
cielo,
deseando flotar entre sus cosmos.
Tú, no saben quién eres tú,
Ni siquiera, consigo saberlo yo.
Tú, yo, nosotros,
nosotros que hemos subido y
bajado
montañas rusas hechas de
desconsuelos.
Montañas que nos envolvían
girando,
que nos devolvían a nosotros.
Nosotros de nuevo.
Hemos tragado todo y de todo,
nos hemos fallado
y te has rendido. Tú.
Te has rendido.
Y sin embargo estás,
y siempre estoy
con las sonrisas más tristes
para socorrer tus demoras,
tus excusas y tus perdones.
Para volver a envolverte,
y subir a esa montaña rusa
a hacer ver que nada ha pasado.
Pero esta vez te has rendido
y te has quedado clavado en el
suelo.
Y por más que tu mente quiera
volar conmigo
tu corazón te encarcela.
Te has rendido.
Y no me daré la vuelta esta vez.
No lanzaré una cuerda al vacío
para abrazar tus abrazos
que hoy tienen tanto frío..
3 comentarios:
Vuela! A veces no hay que mirar atrás...
David
Acabo de descubrir tu blog! Qué maravilla! Tus palabras evocan belleza y delicadeza! Marc
David, lo sé, aunque el pasado en ocasiones nos pisa los talones..
Gracias por tu comentario :)
Marc, me alegro de que te guste! Muchas gracias! :)
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