Un domingo sin ti,
Es como una habitación a oscuras
a la que sólo tu nombre da luz.
Es una madruga contando estrellas,
tiritando a la espera del mañana.
Es un amanecer sin mar ni rosa,
y un lunes que no llega;
Es como un día azul sin tu permiso.
He comprendido cómo tu palabra
se asemeja a un alfiler de luna
y al frágil corazón de una mariposa;
Puede alzar infinitas murallas,
destruir de un vuelco al mañana,
evaporar azules y jardines,
volver granos de sal mis pensamientos,
y hacerme tuya de repente.
Y estúpida de mí,
sigo culpando al domingo.
domingo, 31 de marzo de 2013
viernes, 29 de marzo de 2013
jueves, 28 de marzo de 2013
miércoles, 27 de marzo de 2013
Nuestra manera de soñar
De noche piensan los árboles
que están enfermos,
entierran en el suelo la cabeza
y sacuden al viento las raíces
ávidas de oxígeno
y de frescos temblores.
¡ Si fuéramos capaces de
acoger mejor a lo que tiembla!
Esas mismas raíces quieren
sentir titilar las estrellas
y secundar al hermano cárabo
durante un tramo de su intensa atención.
Esas raíces vibrantes bajo la seda nocturna
se comunican de alguna forma
con nuestra manera de soñar.
que están enfermos,
entierran en el suelo la cabeza
y sacuden al viento las raíces
ávidas de oxígeno
y de frescos temblores.
¡ Si fuéramos capaces de
acoger mejor a lo que tiembla!
Esas mismas raíces quieren
sentir titilar las estrellas
y secundar al hermano cárabo
durante un tramo de su intensa atención.
Esas raíces vibrantes bajo la seda nocturna
se comunican de alguna forma
con nuestra manera de soñar.
viernes, 15 de marzo de 2013
jueves, 14 de marzo de 2013
Y ahora
Desde mi habitación puedo oír el
sonido del mar,
esta noche la olas nos bailan.
Hay salitre en mis recuerdos
y una brújula sin agujas.
Tengo algo que me trepa por dentro
y las ganas de gritar sujetándome
las cuerdas vocales.
Me recorre un hormigueo desde el
vientre hasta el cuello
y parece que siento tu lengua devolviéndome
a la vida
en este mismo instante..
Noto tus besos en mis caderas
y las sábanas se retuercen solas
tiritando a tu espera.
Recuerdos instantáneos de un
pasado
en el que jugábamos a inventar
revoluciones
como hacer equilibrios sobre
líneas discontinuas.
Nos gustaban esas cosas estúpidas
y magnéticas
como comernos la boca y el frío en
medio de un paso de peatones.
O como inventar nuestro propio quilómetro
cero
desde el que empezaba un mundo sin
fin.
Perdíamos el reloj mirando a la
luna,
una luna devorada a mordiscos
por un cielo que se negaba a
cobijarnos.
Puede que nosotros provocáramos
más diluvios
que él mismo encerrado en su
tristeza.
Tus ojos estaban hechos para
bucearme
Y tu lengua para sentenciarme;
“Estamos sentimentalmente
compuestos” decías.
Dispuestos a dejarnos imputar,
a cumplir las condenas de nuestros
cuerpos
sedientos de fuego y dolor.
Sabíamos que en caso de emergencia
siempre podíamos romper a llorar,
que éramos el azúcar de nuestro
juego
y podíamos salvarnos mutuamente.
Pero empecé a quedarme sin alma y
sin sueño por ti,
me sentaba a esperar tu regreso al
amanecer,
justo donde se separa el cielo del
mar,
donde las olas nunca se rompen,
y la bruma adiestra tus velas.
Y ahora,
que despierta tu rosa de los
vientos
no existe puerto en el que atar
cabos,
ni orilla desde la que volver a zarpar.
miércoles, 13 de marzo de 2013
Esta vez he decidido echar a volar
Como los sueños con el ala rota,
te quedas con el alma en tierra
viendo como los demás se elevan.
Les observas esperando que den
vuelta,
que se den cuenta de que faltas,
de que les observas las espaldas.
Y no se giran,
no les estremece tu protección,
ni les importa tu destierro.
Saltas pretendiendo alcanzar sus
mentes,
sus oníricos pensamientos.
Gritas reclamando escaleras al
cielo,
deseando flotar entre sus cosmos.
Tú, no saben quién eres tú,
Ni siquiera, consigo saberlo yo.
Tú, yo, nosotros,
nosotros que hemos subido y
bajado
montañas rusas hechas de
desconsuelos.
Montañas que nos envolvían
girando,
que nos devolvían a nosotros.
Nosotros de nuevo.
Hemos tragado todo y de todo,
nos hemos fallado
y te has rendido. Tú.
Te has rendido.
Y sin embargo estás,
y siempre estoy
con las sonrisas más tristes
para socorrer tus demoras,
tus excusas y tus perdones.
Para volver a envolverte,
y subir a esa montaña rusa
a hacer ver que nada ha pasado.
Pero esta vez te has rendido
y te has quedado clavado en el
suelo.
Y por más que tu mente quiera
volar conmigo
tu corazón te encarcela.
Te has rendido.
Y no me daré la vuelta esta vez.
No lanzaré una cuerda al vacío
para abrazar tus abrazos
que hoy tienen tanto frío..
martes, 12 de marzo de 2013
Gris
Se me mete ese gris tan feo en el corazón cuando siento que algo va mal. Cuando tu silencio me golpea fuerte y grita pidiendo ayuda.. Y yo tengo tan alta la melodía de tu querer que no te escucho.
Viene ese maldito gris a oprimirme el pecho cuando te asaltan las dudas. Cuando te acechan los miedos. Cuando de golpe te ves queriéndome y midiendo ese querer. Maldita sea. ¿Hay alguien aquí que pueda saber cuánto es querer demasiado? Yo no, ni tú, ni ese gris. Ese gris, tan gris, que no te oscurece ni aclara la mente.. Que a veces te hace tan mío, y otras te lleva tan lejos..
Tengo miedo a caer en él. Y a que tú también lo hagas.
Hoy, hoy ha sido un día gris. Debí darme cuenta esta madrugada mientras te añoraba. Mientras ambos nos pensábamos desde nuestras camas, desde nuestras ciudades.. tan grises.
Te sigo echando de menos. Y menos son ya los días que quedan.
lunes, 11 de marzo de 2013
domingo, 10 de marzo de 2013
Primaveras
Vuelve la primavera tintando de rosa los cerezos
y las cortinas de nuestro atrezzo.
Vuelves tú convirtiendo sueños en rutina
y apareciendo tras cada esquina.
Vuelve el verde a los parques
y las horas de más a las tardes.
Vuelve tu mano a sostener mi pulso
y la costa a pasearnos por el mundo.
Vuelven las flores
y las carreras hacia los aspersores.
Vuelven los juicios en los desayunos
y las condenas mientras me desnudo.
Vuelven las manifestaciones de mariposas
y reclaman nuestras lenguas dichosas.
Vuelven los vicios al aire libre
y las caricias que hacen que vibres.
Vuelve la ingesta de días azules
y la sal que hace que sumes.
Vuelves tú sin promesas ni defensas
y sin ejercitos ni tormentas.
Vuelve el teléfono a dar señal
y el buzón a reventar.
Vuelve el sol a colorearme el ombligo
y los horizontes a chillar a gritos.
Vuelve la primavera, ya lo siento,
y vuelves tú con otro aliento.
Vuelven mis dudas,
si te apresuras.
Es que nadie,
nadie me ha preguntado lo que yo quería.
No quiero una primavera
que alimente mi espera.
No quiero un rosa
para cabar mi fosa.
No quiero una rutina
hecha mentira.
No quiero regalar mis horas
si ya no me mojas.
No quiero unas manos
que se han vuelto garfios.
No quiero tu mundo
para levantar mi muro.
No quiero carreras
cuando ya no busco metas.
No quiero condenas
si nada me generas.
No quiero vicios
porque nunca das con el sitio.
No quiero palabras
que mañana serán esclavas.
No quiero lenguas
porque ya veo treguas.
No quiero llamadas o cartas
cuando ya no te echo en falta.
No quiero.
No te quiero.
y las cortinas de nuestro atrezzo.
Vuelves tú convirtiendo sueños en rutina
y apareciendo tras cada esquina.
Vuelve el verde a los parques
y las horas de más a las tardes.
Vuelve tu mano a sostener mi pulso
y la costa a pasearnos por el mundo.
Vuelven las flores
y las carreras hacia los aspersores.
Vuelven los juicios en los desayunos
y las condenas mientras me desnudo.
Vuelven las manifestaciones de mariposas
y reclaman nuestras lenguas dichosas.
Vuelven los vicios al aire libre
y las caricias que hacen que vibres.
Vuelve la ingesta de días azules
y la sal que hace que sumes.
Vuelves tú sin promesas ni defensas
y sin ejercitos ni tormentas.
Vuelve el teléfono a dar señal
y el buzón a reventar.
Vuelve el sol a colorearme el ombligo
y los horizontes a chillar a gritos.
Vuelve la primavera, ya lo siento,
y vuelves tú con otro aliento.
Vuelven mis dudas,
si te apresuras.
Es que nadie,
nadie me ha preguntado lo que yo quería.
No quiero una primavera
que alimente mi espera.
No quiero un rosa
para cabar mi fosa.
No quiero una rutina
hecha mentira.
No quiero regalar mis horas
si ya no me mojas.
No quiero unas manos
que se han vuelto garfios.
No quiero tu mundo
para levantar mi muro.
No quiero carreras
cuando ya no busco metas.
No quiero condenas
si nada me generas.
No quiero vicios
porque nunca das con el sitio.
No quiero palabras
que mañana serán esclavas.
No quiero lenguas
porque ya veo treguas.
No quiero llamadas o cartas
cuando ya no te echo en falta.
No quiero.
No te quiero.
jueves, 7 de marzo de 2013
Muero
Muero de amor con esa manera tuya de besarme las comisuras y
las sonrisas, de retorcer las sábanas a cosquillas, de contagiarme las
canciones y traducirme las calles.
Muero de amor con tu risa de fuego y tus manos desatadas. Con
los abrazos en semáforos daltónicos, con tu sol que busca sombra y con el
desorden de te quieros en mi cintura.
Muero de amor con esos nudos de piernas, con los sueños en
voz alta al dormir, con la calma que haces nuestra, con los errores provocados
y el café con poco azúcar.
Muero de amor con el aroma a otoño en tus bolsillos, las carreras de lunares por la piel, las
miradas que se acortan, las ganas de perdernos en un Atlas y tu manera de
llegar tarde y sonriendo.
Muero de amor con tu modo de desnudar la música, con nuestra
naturaleza onírica y efímera, con las caricias en el alma, con los besos de
puntillas y con los equilibrios sobre líneas discontinuas.
Muero de amor con esa mercromina con la que me untas el
corazón, con la manera de repartir el verde y el azul, con las nanas que me
cantas, con los viajes en metro en dirección contraria y con las ganas puestas
en el mañana.
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