¿Cuánto tiempo te quedarás?
¿Preparo café o preparo mi vida?
martes, 30 de abril de 2013
domingo, 21 de abril de 2013
Las brújulas de mi pecho
Detesto que me pregunten de dónde soy, nunca sé qué responder. Y me veo a mí, preguntándomelo, poniendo esa cara.. No sé qué pensais vosotros, pero yo no creo en que uno sea del lugar en el que nace, por supuesto, tampoco tiene porque ser del lugar en el que vive.. Por ejemplo, yo nací en Barcelona, y os aseguro que mi naturaleza y mi alma son gallegas. Me muevo contínuamente, y ya (al fin) no lo considero una huída (porque los caminos siempre miran hacia delante) ni una escapatoria.
Viajo (con más o menos rumbo) en diferentes direcciones, sin asentarme, sin pertenecer ni encontrarme, sin ni siquiera pretender buscar(me) nada.
Soy de espíritu libre y nómada. Y pese a sentirme perdida muchas veces, por este motivo de no ser de un lugar ni de que ese lugar sea mío, he aprendido a ser yo, a encontrarme mía en mí, a no olvidarme de que el equipaje siempre lo llevo puesto y de que el viaje no es el destino sino el camino.
Viajo (con más o menos rumbo) en diferentes direcciones, sin asentarme, sin pertenecer ni encontrarme, sin ni siquiera pretender buscar(me) nada.
Soy de espíritu libre y nómada. Y pese a sentirme perdida muchas veces, por este motivo de no ser de un lugar ni de que ese lugar sea mío, he aprendido a ser yo, a encontrarme mía en mí, a no olvidarme de que el equipaje siempre lo llevo puesto y de que el viaje no es el destino sino el camino.
Me voy a mi norte, a ese al que apuntan todas las brújulas de mi pecho.
Boas noites.
viernes, 19 de abril de 2013
En superlativo
Tengo (co)razones suficientes
para decir basta,
para mandarte al diminuto hueco
que hay entre tú sístole y mi
diástole,
para apresarte y asfixiarte en él
y obligarte a recorrer
todos los precipicios del mundo,
sin freno,
sin aire,
sin alas,
sin paracaídas,
sin ti sin ser en mí.
A ver si tú que no tienes
principios
encuentras los finales que me
prometiste.
A ver si así se te sublima el corazón
y aprendes lo que es echar de menos en superlativo.
Mujer, busca.
Mujer
con la ilusión cruda
y la esperanza en contrucción,
sin tiempo para acertijos, quejas,
chistes, lamentaciones,
puzzles o mañanas.
Busca
hombre con vistas al Edén,
hombre con vistas al Edén,
dispuesto
a construir andamios
a construir andamios
que nos suban a los vértices del cielo,
a inventar verbos que sentencien
las sonrisas más sinceras,
a deshacer relojes en sol, arena,
agujas y momentos.
a hacerle la metamorfosis a la vida,
y a devolverle los pétalos
a las margaritas.
Interesados acudan
al bar Ni lo sueñes,
el 31 de abril.
Tú
Cómo diablos sabía Bécquer
de tu existencia antes que yo?
Malditas pupilas que hoy
me miran y no responden.
Cómo sabía él que poesía
eras tú?
de tu existencia antes que yo?
Malditas pupilas que hoy
me miran y no responden.
Cómo sabía él que poesía
eras tú?
jueves, 18 de abril de 2013
Carnívoro
Que yo siempre fuí fruta fresca
para tu carnívoro corazón.
Tan difícil de masticar
y tan fácil de desear.
miércoles, 17 de abril de 2013
Deseos
Quiero
un fin de semana sin salir de tu cama,
quedarme en ella cosquilleándote el corazón
hasta hipnotizar sus latidos,
hasta ponerte el alma de gallina
y la poesía en la sonrisa.
Eso quiero.
quedarme en ella cosquilleándote el corazón
hasta hipnotizar sus latidos,
hasta ponerte el alma de gallina
y la poesía en la sonrisa.
Eso quiero.
martes, 16 de abril de 2013
Miente
Me hablas tan dulcemente
que tu boca miente.
Ese es tu cruel castigo,
para saciarte conmigo,
para regalarme los grises
que vistes de bises.
Qué fácil y sencillo sería
morir con esa melancolía
con la que te envuelves mío
a esperar sin prisa un hastío
que nos señale el declive
con el que no se vive.
Quieres sentirte mendigo
y pedir limosnas conmigo,
para de nuevo dejarme muda,
sin letras ni ropa; tan desnuda
como cuando te fuiste
y no supe más que renacer triste.
Mis poderes
No soy una superheroína.
No soy capaz de volar, aunque a menudo, sueño con ello. No leo la mente, pero reconozco que a veces me encantaría poder hacerlo. No tengo una fuerza sobrehumana, ya ves, suelo caer. Tampoco puedo teletransportarme, y eso sí que me gustaría! No soy invulnerable, lo has comprobado. No tengo telepatía ni telequinesia. Y por supuesto, tampoco detengo el tiempo.
Pero soy capaz de poner tu pulso de 0 a 100 en menos de tres segundos, los segundos más largos de nuestra vida, y con ello demostrarte que el poder de amar es el que salva a las personas.
Así que deja de verme como tu kryptonita.
No soy capaz de volar, aunque a menudo, sueño con ello. No leo la mente, pero reconozco que a veces me encantaría poder hacerlo. No tengo una fuerza sobrehumana, ya ves, suelo caer. Tampoco puedo teletransportarme, y eso sí que me gustaría! No soy invulnerable, lo has comprobado. No tengo telepatía ni telequinesia. Y por supuesto, tampoco detengo el tiempo.
Pero soy capaz de poner tu pulso de 0 a 100 en menos de tres segundos, los segundos más largos de nuestra vida, y con ello demostrarte que el poder de amar es el que salva a las personas.
Así que deja de verme como tu kryptonita.
miércoles, 10 de abril de 2013
Cielos
Que el cielo sale de la mirada
y no de lo que miras.
Caen los lunares desde tu hombro
a mi brazo, se escapan por mi piel, se esconden y saltan de un cuerpo a otro,
me hacen cosquillas. Van de mi vientre a tu espalda, de tus piernas a mis
caderas, de mi cara a tu antebrazo, de tus dedos a detrás de mi rodilla. Vuelos celestes entre nuestros cuerpos,
estrellas fugaces sin dirección ni rumbo, sin importar el modo ni el porqué.
Te muestro a Cassiopea, apareció
en mi muñeca. Tú descubres a Lyra en mi espalda y de repente Andrómeda se
esconde bajo mi pecho izquierdo. A ti en cambio se te escapa Perseo de un tobillo,
siempre supe que tenías algo de semidiós. Caminan mis dedos por tu cuerpo con
ansias de descubrir más, en tu espalda brillan tímidas Auriga y la cálida Osa
Menor. Y me dices que Orión lo formamos entre los dos.
Me he perdido y encontrado tantas
veces en ese cielo que podría recorrer todo tu cuerpo guiándome sólo por esas
diminutas y efímeras luces.
Recojo las pecas y los lunares que han quedado tendidos sobre la cama y los voy colocando con cuidado en tu piel, invento nuevas constelaciones, las nuestras, las de nuestro cielo. Y es que tienes, en la punta de la espalda, el cielo más bonito que he visto nunca.
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