Te ofrezco la lealtad de un hombre que nunca ha sido
leal.
Te ofrezco ese meollo de mí mismo que he salvado de alguna manera.
El corazón central que no comercia con palabras, no trafica con sueños,
y está
intocado por el tiempo, por la alegría, por las adversidades.
J. L. Borges
3 comentarios:
Es increíble lo mucho que hacen pensar y sentir estos cuatro versos.
Un abrazo! :)
Marina.
No soy gran lectora de Borges, pero esto es realmente hermoso :)
Seria ideal comerciar con las palabras que salen del corazon.
Zepequeña/Aitzi.
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