Desearía ser muda
para que entendieras qué significan cada una de mis palabras,
que alentadores pueden ser mis silencios entre tantos gritos.
Quisiera serlo para sentirme forzada a callar,
aunque fueras tú el que me mordiera la lengua.
Me gustaría comunicarme con un simple guiño,
con un suspiro, o con todo lo demás, que hoy, es lo de menos.
Puede que no te des cuenta, la verdad es que a veces sobran las palabras,
y otras veces, éstas se me quedan cortas, pequeñas, diminutas,
o simplemente soy yo que no las encuentro.
Pero es que dime, amor, cómo encuentro otra excusa
para amarte sin letras, sin ese movimiento de labios
pronunciando las palabras justas, que nunca se ajustan a nada,
que nunca te hacen justicia a ti, y mucho menos a lo que me haces sentir.
Quisiera ser muda, para demostrarte que no necesito abrir la boca
una vez abro el corazón.
5 comentarios:
No es amor, desde luego, lo que la brújula siente por todos los nortes.
Un beso.
Escribes tan bonito que no quiero imaginarte sin palabras !
tremendo
no sólo enmudecí
ahora no encuentro mi lengua
-y talvez no quiero encontrarla-
Me encanto la entrada, a mi si que me dejaste muda y sin palabras, gracias por comentarme, besazos :)
En un tiempo, cuando las cosas carecían de nombre, ya existía el deseo.
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