Y ahora vienes tú, tú como un ratón, y me hablas de calabazas, sin horarios, ni princesas, ni zapatos, ni carrozas. Calabazas que se hacen carne y se convierten en niñas, niñas manchadas de hollín y de sueños. Calabazas que son islas perdidas, estatuas de sal, guitarras.. Lo que queramos.
Me dices que las calabazas son el paradigma de la humanidad; si las convertimos en espejos reflejan soledad. Si las convertimos en pociones su elixir es capaz de robar el sentido a cualquiera. Y si las vemos como carrozas mutantes, nos recuerdan que no todo es lo que parece; los lacayos en realidad son ratones, y yo aparente mujer de cristal y fuego en realidad soy una princesa en pantuflas aguardando por un zapato.
A mi sigue sin convencerme el cuento, pero me encantan los ratones y las calabazas.
Me dices que las calabazas son el paradigma de la humanidad; si las convertimos en espejos reflejan soledad. Si las convertimos en pociones su elixir es capaz de robar el sentido a cualquiera. Y si las vemos como carrozas mutantes, nos recuerdan que no todo es lo que parece; los lacayos en realidad son ratones, y yo aparente mujer de cristal y fuego en realidad soy una princesa en pantuflas aguardando por un zapato.
A mi sigue sin convencerme el cuento, pero me encantan los ratones y las calabazas.
2 comentarios:
dejame susurrarte, que por muchos cuentos que lea sigo sin verme en ninguna de esas princesas, aunque me gusta que todas sean perfectas, porque me hace no rendirme para encontrar a mi principe... :)
Un reque abrazo de http://labovedadelarcangel.blogspot.com
Esta realidad es demasiado peso para soportar, y a pesar de lo que digan, no está hecha para ser aceptada. Si alguien te da una alternativa al suelo y al asfalto, agárrate a ella. A veces, al final de un tramo, las opciones se reducen entre creer o no creer, y tú quieres creer verdad? Muy buenas vibras para el rincón de Barcelona que guarde tus sueños y tus ilusiones :)
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