Son las 12:25 de la noche, diluvia en Barcelona. Acabo de llegar a mi piso, la camiseta de tirantes empapada, yo más aún. No he querido ponerme la chaqueta. He estado dos horas buscando una farmacia para poder curarme las quemaduras de hoy. Me molestan las ampollas, las siento como partes de mi piel alienas a mi cuerpo. No he encontrado ninguna farmacia abierta. Hoy me han dicho que si odias al mundo, él te devuelve ese odio, que por eso me he quemado. Regresaba tras sentirme derrotada en mi búsqueda farmacéutica cuando ha diluviado, muchísimo. Pasaba justo por delante de tu portal. Tu piso, tus besos alienos, mis recuerdos, tus manos, tu pelo, tu olor, tu sonrisa, tú, tú, tú. Tú. Pero llovía, llovía y no me he puesto la chaqueta, quería empaparme el alma. Y he mirado al cielo, he sentido como las gotas me limpiaban por dentro, cómo acariciaban mi piel, mis manos, mis ojos. Y he sonreído. ME HE sonreído. Debo empezar a vivir, por muy perdida que esté. Siempre.
Ingrid, con una BSO de infarto, claro:
5 comentarios:
Era eso! tal vez hoy le puse mala cara a la vida... intentare sonreir como tu la próxima vez...
A pesar del dolor yo prefiero quemarme a que se me congele el corazón...
UN beso!
Quizás no empezar, porque eso lo hiciste el día que naciste, pero de vez en cuando hay que acordarse de vivir :-)
Las peores quemaduras son las que se llevan por dentro pero lo más importante es encontrar las ganas y las fuerzas para sonreír.
A las sonrisas nadie puede derrotarlas....
Un saludo
Oski
¡Hola hola hola!
Me encantan las personas a las que les encantan los pingüinos, de manera que no he podido evitar perderme por tu iglú.
¡Saludos!
Siempre con una sonrisa, una se siente mejor!
el trailer me ha sonado muy muy bien, pero tu texto... aun mejor.
Eso de empaparse me resulta MUY curativo.
Un besazo
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