Hoy me he despertado con olor a piruletas rojas, y de corazón, claro. He tenido la sensación de haber soñado con una canción, puede que sólo con un verso (o incluso una palabra) pero que ya lo llenaba todo de sentido.. y he soñado que eras como la felicidad en un tarro de frambuesas (o un silencio, que no quiero que te incomode).
-(Hacer equilibrios en una línea discontinua)-
Ha llegado un punto en que hasta me pongo de puntillas para que mis lágrimas al caer se vayan haciendo más pequeñas hasta cruzar un beso.Y no puedo dejar de llover mientras pierdo las palabras que dejaron de tener sentido cuando pasé toda una noche esperándote en la esquina en la que ibas a aparecer para quedarte.
Aún así, sigo aceptando la invitación al baile del lobo feroz, cojiendo cerezas de las tiendas sin pagar, tomando té de menta en las teterías de la ciudad condal, comiendo sugus de cortesía, posando la mirada en cualquier horizonte, pintándome pecas, soñando despierta, persiguiendo imposibles, echando de menos el verde y a mi pequeña, recordando lo que fue, pensando en el pasado, muriéndome por escuchar UNA voz, saliendo a pasear en las tardes de lluvia.. Descubriendo lo que nunca le importó a mis personas favoritas. Darme cuenta de que perdí el tiempo cosiendo el te quiero más bonito del mundo, a la altura del cuello.
(Porqué todo transcurría entre tu índice y mi meñique.. silencio compartido – bipolarmente cosidos) Pero ahora, tengo un sueño atado a la sonrisa.
-(Hacer equilibrios en una línea discontinua)-
Ha llegado un punto en que hasta me pongo de puntillas para que mis lágrimas al caer se vayan haciendo más pequeñas hasta cruzar un beso.Y no puedo dejar de llover mientras pierdo las palabras que dejaron de tener sentido cuando pasé toda una noche esperándote en la esquina en la que ibas a aparecer para quedarte.
Aún así, sigo aceptando la invitación al baile del lobo feroz, cojiendo cerezas de las tiendas sin pagar, tomando té de menta en las teterías de la ciudad condal, comiendo sugus de cortesía, posando la mirada en cualquier horizonte, pintándome pecas, soñando despierta, persiguiendo imposibles, echando de menos el verde y a mi pequeña, recordando lo que fue, pensando en el pasado, muriéndome por escuchar UNA voz, saliendo a pasear en las tardes de lluvia.. Descubriendo lo que nunca le importó a mis personas favoritas. Darme cuenta de que perdí el tiempo cosiendo el te quiero más bonito del mundo, a la altura del cuello.
(Porqué todo transcurría entre tu índice y mi meñique.. silencio compartido – bipolarmente cosidos) Pero ahora, tengo un sueño atado a la sonrisa.
8 comentarios:
Hermoso, para empezar la semana excelente y un gusto inmenso leerte..
saludos fraternos
un abrazo
me apasionan las piruletas rojas de corazón...
y nunca llueve eternamente, hasta el diluvio universal se detuvo, si no preguntale a Noé.
Llevar sueños atados en sonrisas es como llevar globos de helio atados en el dedo índice a modo de recordatorio?
Abrazos.
Muy bello escrito... magnifico
Besancos
que particularmente bello escribes.
excelente
Un té en la ciudad condal,
cada tarde.
Un sueño.
Cariños, Iona Frambuesa.
Olor de frambuesas entre recuerdos.
Mer
Iona, creo que nunca es tiempo perdido el que dedicas a coser te quieros... aunque después llueva...
te mando un besito alegre entre la lluvia.
Yo hoy soñé que tocaba un instrumento que no existe...
Ella era hermosa, lo bello inalcanzable,
y yo pobre mortal que la admiraba
con devoción ardiente, inigualable,
tratando de ahondar dentro de su alma.
Me la pintaron muerta, sosa, inerte,
y ella de esos cretinos se reía,
porque de su poder era consciente,
fuente eterna de luz y poesía.
Yo callada, extasiada, murmurando
su nombre me pilló, y nos miramos,
espíritu tenaz, me está incitando,
y no sé cuanto tiempo así pasamos.
Y desde entonces vivo consagrada
a ella como su fiel sacerdotisa,
ella es el templo y yo soy la encargada
de que jamás se eclipse su sonrisa.
(Cuida a ese Oniro)
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