sábado, 28 de junio de 2014

Impregnarnos, rodearnos y vestirnos de belleza, disfrutarla y cultivarla desde los pequeños gestos, tiene un efecto inspirador y una capacidad restauradora de nuestro espíritu de la que pocas veces somos conscientes. Es enorme la influencia que ejerce sobre nuestro ánimo una música, 
un poema, un rostro, un jardín o un paisaje..




1 comentario:

Cobacho dijo...

Completamente de acuerdo. Un simple verso, una simple nota musical, un simple detalle de un paisaje, y podemos pasar de la tristeza a la eterna felicidad y viceversa.

Y eso es genial =)