domingo, 5 de enero de 2014

Proposición deshonesta

Propongo la audacia
del tacto como recurso
a esos domingos
tediosos en la tarde
cuando la carne
proclama dulcemente
con esa desvergüenza
de lo ingenuo:

muérdeme ahora
o quédate con hambre
para siempre.



Silvia Ugidos

1 comentario:

José A. García dijo...

El hambre siempre será eterno mientras queden deseos por cumplir.

Saludos

J.