miércoles, 22 de mayo de 2013

Y es que voy a tumbarme en medio de la calle
todas las veces que haga falta
hasta que pronuncies 
mi pronombre favorito,
mi pecado, mi sed,
mi suerte, mi Edén,
y mi religión;
Tú.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta tu manera de contar algo sin decir en realidad más de lo que a unos extraños se nos permite imaginar... Me parece increible entornar de ese modo las palabras y los sentimientos. Increible y admirable.

A.

Anónimo dijo...

Podría hacerte esperar solo por ver como anhelas oír lo que los dos sabemos.

Has conseguido que mi mundo gire en torno a unas palabras que me recuerdan continuamente lo afortunado que soy,

y cada vez veo mas claro, que la felicidad no son momentos fugaces;

es cada hora, cada minuto, cada segundo

cada vez que abres los brazos hasta el infinito

cada vez que piensas en mi y me recorre un escalofrío.


La felicidad, eres tú.
Somos nosotros.