viernes, 3 de mayo de 2013



Te ofrezco la lealtad de un hombre que nunca ha sido leal.
Te ofrezco ese meollo de mí mismo que he salvado de alguna manera. 
El corazón central que no comercia con palabras, no trafica con sueños, 
y está intocado por el tiempo, por la alegría, por las adversidades.

J. L. Borges

3 comentarios:

Marina dijo...

Es increíble lo mucho que hacen pensar y sentir estos cuatro versos.

Un abrazo! :)


Marina.

Anónimo dijo...

No soy gran lectora de Borges, pero esto es realmente hermoso :)

ZEPETIT dijo...

Seria ideal comerciar con las palabras que salen del corazon.

Zepequeña/Aitzi.