martes, 9 de abril de 2013

La vida que me falta



Nunca llevaba las manos en los bolsillos
por si tenía que abrazarte de repente,
o simplemente, porque cuando
me cogías de la mano, las calles
y yo creíamos cobrar sentido.

Míranos, 
hemos estado así tantas veces,
devolviéndole la vida a la ciudad.
Vida que habíamos ahogado en gemidos
despertando parques y avenidas.
Vida de hoy sí y mañana también.

Nos regalábamos besos de fuego y cera,
porque pese a la humedad,
sólo sabíamos arder,
deshacernos y fundirnos.

Quería comerme ese acento tuyo
que tan loca me volvía
y que te tragaras toda mi risa,
que en el fondo,
siempre fue más tuya que mía.

Que devoraras mi voz
para dejarme sin aliento,
sin suspiros ni palabras,
pero vestida de ganas.

Quería llegar a casa
más denuda de lo que me fui,
que tú te encargaras de ello
y yo de hacerlo bonito.

Pero mírame, esta vez
estoy harta de poesía,
de bellas palabras,
imágenes coloristas
y frases desgarradoras.

Quiero que me hagas
lo que yo he pretendido
hacerle a ella.
Quiero que te detengas
a masturbarme el corazón,
a hacerme vibrar cual verso
en tu boca.

Dejar de pensar en esas métricas vitales
Y es que yo sólo soy la vida que tengo,
Y tú, tú sólo eres la vida que me falta.

3 comentarios:

ele* dijo...

El último verso refleja perfectamente todo el poema. Enamorarse, como bien dices, es mucho más que poesía. ;)

cirugia de nariz dijo...

no es la primera ve que leo estos poemas y emocionan como la primera vez. Ya sabes que admiro el gran sentido del ritmo de tus versos con la palabra exacta. Son ambos una hermosura.
hermoso poema te felicito
tienes una manera muy especial de escribir
un placer haber dado con este blog
saludos desde argentina

Sílvia dijo...

Muchas gracias, las emociones nos mueven, nos hacen vibrar :)

Me alegro de encontrarnos!