domingo, 25 de marzo de 2012

Calabazas

Y ahora vienes tú, tú como un ratón, y me hablas de calabazas, sin horarios, ni princesas, ni zapatos, ni carrozas. Calabazas que se hacen carne y se convierten en niñas, niñas manchadas de hollín y de sueños. Calabazas que son islas perdidas, estatuas de sal, guitarras.. Lo que queramos.
Me dices que las calabazas son el paradigma de la humanidad; si las convertimos en espejos reflejan soledad. Si las convertimos en pociones su elixir es capaz de robar el sentido a cualquiera. Y si las vemos como carrozas mutantes, nos recuerdan que no todo es lo que parece; los lacayos en realidad son ratones, y yo aparente mujer de cristal y fuego en realidad soy una princesa en pantuflas aguardando por un zapato.
A mi sigue sin convencerme el cuento, pero me encantan los ratones y las calabazas.

2 comentarios:

Armadillo dijo...

dejame susurrarte, que por muchos cuentos que lea sigo sin verme en ninguna de esas princesas, aunque me gusta que todas sean perfectas, porque me hace no rendirme para encontrar a mi principe... :)
Un reque abrazo de http://labovedadelarcangel.blogspot.com

A. dijo...

Esta realidad es demasiado peso para soportar, y a pesar de lo que digan, no está hecha para ser aceptada. Si alguien te da una alternativa al suelo y al asfalto, agárrate a ella. A veces, al final de un tramo, las opciones se reducen entre creer o no creer, y tú quieres creer verdad? Muy buenas vibras para el rincón de Barcelona que guarde tus sueños y tus ilusiones :)