lunes, 7 de noviembre de 2011

Somos partículas de polvo sin brillo. Nacidos de un orgasmo y convertidos en criaturas que solo buscan el placer por el placer. Vivimos por momentos que generalmente pasaron y no volverán. Anclados en ese recuerdo, e intentando firmemente que el futuro sea otra cosa. Cada sonrisa o nuestra forma de tocar tan particular es lo que nos hace especiales. No nos damos cuenta de que todo pasa tan rápido y la vida y los momentos se nos escapan en un torbellino. Espirales sin sentido a las que ya nadie se aferra. Y yo sigo esperando. Somos un conjunto de absurdidades, somos seres egoístas, pero al fin y al cabo somos amor, AMOR en mayúsculas, esperando que algo o alguien nos devuelva el aliento para ser felices. Estamos condicionados por el, aunque sea por su falta. Dependientes e hipócritas. Todo lo que creemos que somos es lo que realmente no somos para nada. Buscamos ser jóvenes para siempre. Locura y éxtasis. Beber y saltar al ritmo de la música en cualquier local. Y disfrazarnos de lo que nunca seremos, pero sí, siempre lo fuimos. Valientes. El lado salvaje de la vida, y noches cada vez mas salvajes que la anterior. Fuego que arde por dentro de nuestro ser. Dependemos de tantas cosas. Somos excéntricos, buscamos destacar, comernos el mundo o que el nos coma. Una serpiente que nos consiga una manzana. Somos malditas contradiciones en busca una respuesta que nos complemente. Un salto al vacio hacia un imposible cercano. Tan efímeros, tan baratos, tan asustados, tan de plástico y tan frágiles. Somos como una canción estridente que es muy pegadiza en verano y que te recuerdan a la alegría, como la espuma de una cerveza que se va evaporando o como una playa cuando aún no es verano y está casi vacía. Y queremos vivir la vida colgados de un hilo, descubrir la gravedad cero. Creer en las hadas y en los cuentos. Perderse en un bosque encantado. Queremos morirnos de risa y que las cosquillas nos corran desde los pies hasta la nariz. Porque estar vivo es eso. Cómerte el mundo antes de que el te coma a ti. Si tienes que tener un papel en alguna historia, elige siempre ser quien esté arriba. La chica que chilla mas alto. Elige vivir a pleno pulmón. Despertarte en la cama de una habitación cualquiera, con el corazón en la mano y la pintura corrida, equivocarse, meter la pata y volver a joderlo todo repetidas veces, porque equivocarse forma parte de la vida. Por eso estoy aquí. Como siempre. A tu lado y tan lejos. Y luego podrás arreglarlo volviéndo arriba, a lo mas alto, resurgiendo de tus cenizas, reinventándote y volviéndote a excitar con todas esas pequeñas cosas que te diferencian. Las que te iluminan. La clave quizá esté en no sufrir de locura, si no disfrutarla cada minuto, por eso dicen de que las mejores personas están locas. Cuánto antes aceptes que eres una pequeña partícula de sucio e insignificante polvo en un universo egoísta e infinito, mejor. Los incendios en la nieve siempre regresan. No puedes pasarte los dias intentando llenar un vacío que realmente engañas con humo y latidos acelerados. Porque cuándo dejas de creer en las cosas es cuando pierden su sentido. Y esto aún tiene sentido. Aunque solo tu lo sepas y no seas consciente de ello. Recuerda que puedes brillar todo lo que quieras. Porque a veces ves una luz que destaca en medio del gentío. Y reconócelo, te gustaría poder brillar como ese lucero que parece estar recubierto de polvo de estrellas y se diferencia entre los demas seres opacos. No olvides que todos estamos hechos del mismo material.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Precioso texto, preciosa letra...