martes, 8 de marzo de 2011

Dime que es mentira todo,
un sueño tonto y no más.
Me da miedo la enormidad
donde nadie oye mi voz..




Despiertas un día y te das cuenta de que el mundo ya no está como lo dejaste anoche.
El sol entra por la ventana y se cuela entre las cortinas rojas de tu habitación, un escalofrío te encuentra aún en la cama, tapada hasta la cabeza pero con los pies asomando por debajo la manta. Decides levantarte y aprovechar la mañana, el día y lo que venga de propina, puede que así te sientas mejor.
Todo huele a flores y decides comprar tulipanes blancos para poner en el salón. La gente sonríe, incluso el más triste de todos. Ríen a carcajadas.
Le pides que te cante canciones de las que duran toda la noche, de las que incluso al día siguiente podrá tararear porqué aún le quedarán saliva y ganas.
Ella te enseña todos los rincones mágicos que conoce y con ello descubre nuevos lugares a tu lado, paseos por el Miño, donde los niños pescan y el agua está tranquila, los peces se sacaran el sombrero a vuestro paso para saludar.
Te enseñará lo bien que se vive pegado a un corazón rojo, rojo amapola y rojo pasión, rojo lo que tu quieras.
Empieza a volar; vuela y cae sobre substratos de algo tenue pero a la vez acogedor, tiene una textura liquida-espesa de un color azul celeste, increíble, puede que el azul de tu vida, el que tu le mencionabas.
Sus manos se empapan de ese líquido tan deseado sólo para deshacerse de él poco a poco, es como cuando te quitas el pegamento seco de los dedos, algo que no se puede describir.
Quiere que vayas con ella, que la cojas de la mano y no la sueltes, y que cierres los ojos y des el primer paso hacia delante, a ciegas, pero notando cada movimiento de su mano. Quiere que le asegures que estás ahí y que no te importa equivocarte.
Ella, quiere abrazarte, y recordar cada 0,4 segundos el tacto de tu piel cuando te acaricia y roza tus pequitas de stracciatella. Aún no sabe si lo son, pero tiene pensado probarlas una noche mientras duermas a su lado.
Quiere trepar con pasos de insecto por tu vida, sonriendo al compás del ritmo que marquéis, sin que ninguno corra más que otro, de la mano.

1 comentario:

Punto dijo...

Un texto precioso. Emocionante. Con toques originales. Me gusta. Enhorabuena!