jueves, 13 de enero de 2011


Siempre hay algo que tira de nosotros, haciéndonos ir un poco más allá de donde solemos llegar. Esa palabra exacta en un momento inesperado, una canción que de golpe toma un significado especial, una silueta en el agua o el olor de la noche, que nos abraza con su capa de estrellas. Soplar la pelusa traviesa de un diente de león, tras dejar su vestimenta de flor silvestre, y lanzar al viento la ilusión voladora de un deseo…





Mi espíritu libre y yo volamos esta vez hacia Segovia,
parando en Zamora, Valladolid y Salamanca.


Vamos a reencontrarnos con nosotros mismos
y a despedir los 21.

2 comentarios:

DINOBAT dijo...

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Lucia dijo...

Mis niños de prácticas pensaban que los dientes de león eran casitas dónde se escondían las hadas, y cada una de las pelusitas, un hada. No me costó mucho convencerlos de que era cierto ... :) cuentos ...
Me encanta la foto!!!!