miércoles, 22 de septiembre de 2010

Mi mundo

Al 1,6 que vive en mí,

especialmente al 1.

Creo que cada persona debería crear su propio mundo, un mundo que en cierto modo podemos compartir con otras personas, pero que nunca llega a ser más que ‘nuestro’. Un poema que me encanta es ‘Autobiografía’ de Celaya, donde el autor refleja algo de su propio mundo, un mundo lleno de prohibiciones, pero prohibiciones que crean vida. Me enganchó hasta la médula y me rozó el esófago, como diría Albert.

Bien, si quitáramos ese mundo de prohibiciones, encontraríamos ‘su’ mundo; un montón de ‘no’ que excluyen lo que no quiere para encontrarnos un montón de ‘si’. Me gusta esa manera de ver la vida;

Autobiografía

No cojas la cuchara con la mano izquierda.

No pongas los codos en la mesa.

Dobla bien la servilleta.

Eso, para empezar.

Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece.

¿Dónde está Tanganika? ¿Qué año nació Cervantes?

Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero.

Eso, para seguir.

¿Le parece a Ud. Correcto que un ingeniero haga versos?

La cultura es un adorno y el negocio es el negocio.

Si sigues con esa chica te cerraremos las puertas.

Eso, para vivir.

No seas tan loco. Sé educado. Sé correcto.

No bebas. No fumes. No tosas. No respires.

¡Ay sí, no respires! Dar el no a todos los ‘no’

Y descansar: Morir.

Gabriel Celaya

Yo también cree mi mundo, he de decir que no sé muy bien como lo hice y tampoco cuando, supongo que en septiembre de 2005 empezó todo, mi vida dio un giro y yo giré y giré intentando no marearme. Aprendí, a partir de ese momento, a descubrirme, saber quien era, saber como es la gente que me rodea, conocer mis límites i en parte.. perdí el miedo a la muerte. Sí, hay quien dice que esto último es lo que más debería valorar, aunque no priorizo demasiado estos aspectos. Intento aprender de todo aquello que me sucede, sea lo que sea, y la muerte me ha enseñado tanto como la vida, es cierto. Aprendí a repartir vidas, 2,6 ese es el número de vida que me pertenecen según mis cálculos, así que esto lo escribimos yo y mi 1,6 vidas de más. Un pacto que hice conmigo misma; inolvidable, bonito y una manera de vivir en otros.

Mi mundo pues, es en el que vivimos realmente (sí, digo vivimos). El mundo de las películas, del cine, es un mundo creado por tópicos que no son ciertos, y nos hacen pensar que el mundo es así. Y sé que me contradigo, que muchas veces sé que mi vida tiene mucho que ver con una película, pero supongo que lo bueno es saber encontrar ese límite y ese punto que roza lo increíble de nuestro mundo.

Y cómo se articula mi mundo? Sin reglas ni etiquetas, con listas, me encantan las listas. Todo este blog es una lista desde la primera entrada hasta la última, no importa el vestido que lleven o de qué las quiera disfrazar. Listas de conceptos, de ideas, de sentimientos, de felicidad o de tristeza. Una lista de descubrimientos que forman mi mundo. Pequeños caminos para entender otra manera de ver el mundo, y no hay que tener miedo a tener un mundo propio, a hacer tuyo algo tan efímero, sólo hay que creer en ello.

No sabéis aquello de que si creéis en los sueños se harán realidad? Creer y crear son dos palabras que se parecen, i se parecen porque en realidad están muy, muy cerca. Tan cerca que si crees, creas.

Mi mundo, lleno de palabras que proporcionan caminos. Pocas palabras pueden engendrar una idea dentro de otra persona. A veces, las frases más importantes son las que menos importancia pensamos que tienen.

Podría decir mil cosas, y entenderíais lo que queríais, por eso iré contando poco a poco los detalles de este mundo, que en cada palabra muestro.

Hoy pero, es día 22, ya he mencionado alguna vez lo poco que me gusta ese número, es extraño, lo cierto es que mi mundo debió empezar a recrearse el septiembre de 2005, el 22 de septiembre de 2005, hace hoy cinco años, y pese a ello, detesto este día y su número, pese a todo. Por eso y a pesar de que mi percepción por tal fecha no cambiará, creo que hay que reflexionar sobre las pérdidas. Esa es la palabra, sí.

Alguien me enseñó hace unos años que las pérdidas son positivas. Me costó bastante el asimilar y creerme esa afirmación, pero sí, siempre tienen ese qué positivo. Debemos aprender a perder. Aprender que tarde o temprano todo aquello que ganamos lo perdemos.

Aceptar las pérdidas, pero no poniendo el émfasi en la palabra aceptar sino en la palabra pérdida. Porqué aceptar es cuestión de tiempo, y perder es una cuestión de principios.

Antes cuando la gente moría no salían de casa y se vestían de negro. El duelo les hacía pensar en la pérdida, vivir en ella. Y ahora hemos pasado de ese extremo a la nada, ahora cuando alguien se muere simplemente te dicen ‘lo tienes que superar’, o rompes con la pareja y a la semana tienes otra. No hay tiempo para ese duelo, que creo que es muy necesario para cualquier persona, hay que pensar en la pérdida, en lo que ello significa.

Creo que el tiempo siempre es muy necesario para que esa pérdida acabe siendo positiva, yo he podido hablar de mis pérdidas y poco a poco convertirlas en algo que me haga mejor persona.

A veces, es como.. escuchar una música que se repite una y otra vez, tantas veces que ya no sientes las palabras, los sonidos.. te das cuenta de que aquella música, aquellas palabras sn como el viento, un algo que está más allá, fuera de los límites, de las distancias que nos marcamos, algo que notas, que sientes pero que no te hace falta escuchar, tan solo sentir.

Albert, suele opinar como yo, dice que hay que recrearse en la pérdida, pensarla, sufrirla. Pedir consejo a personas que estén relacionadas con ella. Llorar ‘nuestros ojos son los parabrisas privados y públicos’. Y al fin, buscar la parte positiva y dedicarle todo el tiempo del mundo.

Sí, yo aún le dedico ese tiempo, y aunque a veces soy incapaz de rescatar eso bueno que ha quedado en mi, en el fondo sé que existe, sé que soy como soy, en parte, por lo bueno que ha hecho en mí todo.

Hay veces que la pérdidas pueden ser pequeñas, otras veces, las pérdidas pueden ser grandes, pero si nos acostumbramos a entenderlas, a enfrentarnos, al final nos daremos cuenta que no existen como a tal.

Y sé que todo en sí es una gran contradicción, pero qué le voy a hacer, mi mundo está lleno de ellas, la vida es una paradoja y yo vivo en esa espiral.

4 comentarios:

Swallowing Poison dijo...

Me gusta tu blog.
Tesigo!

Anónimo dijo...

Yo quiero aprender a crear mi mundo, pero no creo que jamás pueda hacerlo.

ego dijo...

nosotros somos la espiral, no la línea.




paradójicamente.

Anónimo dijo...

El mundo es una contradicción..